Imagen: dduconect.in
Todos aspiramos formar a nuestros hijos en buenos valores y costumbres. En consecuencia, seguramente nuestros discursos busquen siempre reforzar en ellos conductas y actitudes positivas.
Lo que le decimos impacta en su desarrollo; pero un niño aprende más observando e imitando. Por tanto, lo que hacemos influye de modo determinante en sus habilidades y comportamientos. Así que presta mucha atención a tus acciones, no pretendas enseñar a tu pequeño hábitos y valores que no practicas.
¿Quieres buenos modales? Muestra siempre un lenguaje y comportamiento respetuosos.
¿Quieres que reine el orden? Practica tú rutinas de organización y anímalo a hacerlo cuando tenga edad para aprender: desde pequeño puede colocar su ropa sucia y sus zapatos en su lugar.
¿Quieres combatir el machismo? Evita estereotipos al dividir y/o ejercer las tareas del hogar. ¿Quieres buenos hábitos alimenticios? Procura comer de todo, sano y balanceado.
Criar es dar el ejemplo. Será vano intentar que tu chiquito actúe o sea de forma distinta a la tuya. Dedica tiempo a reflexionar cómo quieres que sea, luego actúa de modo coherente. Y si fallas, discúlpate y cambia; no temas enseñarle que podemos cometer errores, pero también enmendarlos, aprender y crecer.
Por: Nhuna Jiménez
Por: Nhuna Jiménez
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